Tras denunciar que su aún esposa Carmen Rodríguez Núñez sufre de desequilibrio emocional y mental y que viene ejerciendo presión física y psicológica contra él y sus tres hijas, el ex jugador de fútbol José Luis Carranza Vivanco solicitó ayer garantías personales para su vida y la de sus niñas en la sede de la gobernación del distrito de San Miguel.
En este local, el ídolo de la U recibió el saludo y el afecto de la gente que lo reconoció. Fuerza Puma y Vamos Carranza fueron las frases que más se escucharon, en contraposición a los gritos de tramposa, mala madre y jugadora que recibió Rodríguez el día anterior cuando trató de ingresar al departamento en el que antes vivían.
Carranza, quien llegó en short de jean y polo, acompañado de sus abogados Isaac y Daniel Nonalaya, no quiso dar declaraciones a la prensa e ingresó raudamente hasta la sede de la gobernación, donde llenó una serie de documentos. Al salir sólo atinó a levantar la mano a manera de agradecimiento a las personas que le mostraban su apoyo ante lo ocurrido, para luego enrumbar en un carro Nissan rojo hacia sus academias donde imparte clases de fútbol a los menores.
De otro lado, amigos de la familia Carranza Rodríguez manifestaron que Carmen tenía malas amistades y que le gustaba beber licor y otras cosas más. También dijeron que ella manejaba su vehículo con la licencia de conducir vencida desde hace varios meses.
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