El año 2008 fue el año de su resurrección televisiva cuando muchos ya la daban por muerta. Gisela Valcárcel, quien gozaba de la tranquilidad de ser una empresaria exitosa, abandonó sus cuarteles de invierno para anunciar que se convertía en productora de televisión al haber comprado los derechos de un exitoso reality llamado Bailando por un sueño.
Sin embargo, su tranquilidad se vería empañada con una noticia que fue anunciada en una suerte de mensaje a la Nación. Tula Rodríguez, desde su sofá en el programa Esquadrón, no sólo confirmaba su romance con el directivo de Frecuencia Latina, Javier Carmona (aún esposo de la Valcárcel), sino también revelaba que debido a ese click estaba embarazada, y que tanto ella como el papá de la criatura estaban felices.
Magaly tuvo sus mejores picos de sintonía dándole duro a la Rodríguez y dudando de su nueva relación. Poco le importaba el juicio por difamación que le había entablado Paolo Guerrero por afirmar que se escapó de la concentración en la madrugada.
Sin embargo, su tranquilidad se vería empañada con una noticia que fue anunciada en una suerte de mensaje a la Nación. Tula Rodríguez, desde su sofá en el programa Esquadrón, no sólo confirmaba su romance con el directivo de Frecuencia Latina, Javier Carmona (aún esposo de la Valcárcel), sino también revelaba que debido a ese click estaba embarazada, y que tanto ella como el papá de la criatura estaban felices.
Magaly tuvo sus mejores picos de sintonía dándole duro a la Rodríguez y dudando de su nueva relación. Poco le importaba el juicio por difamación que le había entablado Paolo Guerrero por afirmar que se escapó de la concentración en la madrugada.
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